4. ÉCIJA, Sevilla. Detalle de la imagen anterior.
5. ÉCIJA, Sevilla. Otra casa-mirador en la Plaza de España.
6. ÉCIJA, Sevilla. Otra casa-mirador de la Plaza de España.
7. ÉCIJA, Sevilla. Vista de la torre de la Igl. de San Gil.
5. ÉCIJA, Sevilla. Otra casa-mirador en la Plaza de España.
6. ÉCIJA, Sevilla. Otra casa-mirador de la Plaza de España.
7. ÉCIJA, Sevilla. Vista de la torre de la Igl. de San Gil.
8. ÉCIJA, Sevilla. Detalle del cuerpo de campanas de la Torre de la Igl. de San Gil.
ÉCIJA* (I), provincia de Sevilla: 17 de diciembre de 2006.
Ciudad monumental situada en una amplia llanura, a la que llaman "la Sartén de Andalucía" y también "la Ciudad de las Torres", a orillas del río Genil, rodeada de alcores y de ribazos.
La ciudad, de trazado urbanístico musulmán, con calles estrechas y laberínticas, plazoletas silenciosas y contínuas encrucijadas, tiene en la plaza de España el centro geográfico y administrativo. Hacia ella confluye la trama urbana y de ella parten todos los caminos. En uno de los laterales de esta plaza se encuentra el Ayuntamiento, edificio notable con uno de los archivos más importantes de la provincia, con documentos desde el siglo XIII.
El convento de San Francisco, de estilo gótico mudéjar, ofrece a la plaza una de sus fachadas, aquella que linda con unas bellísimas casas-miradores del siglo XVIII. Enfrente, hacia la esquina, en un entrante se levanta la iglesia de Santa Bárbara, hermoso templo neoclásico terminado en 1855 que aún conserva las huellas mudéjares de la iglesia que hubo anteriormente en su solar.
Una de las fachadas de esta iglesia da a la calle Jesús Sin Soga que comunica con la de Emilio Castelar, donde se alza el palacio de Peñaflor*, magnífico ejemplo de barroco civil sevillano. Frente a él, en el rincón de la plazoleta que forma la calle Arcipreste Aparicio, se sitúa la fachada plateresca del palacio de Valdehermoso, una prueba más del carácter prócer y monumental de la ciudad, que muestra casas de gran envergadura en muchas de sus calles. A la vuelta del palacio de Peñaflor, subiendo por San Antonio, se alcanza la iglesia de San Gil*, de estilo gótico mudéjar. A decir de muchos, su torre es la más esbelta de la ciudad.
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