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La continuación de Burguillos Viajero

martes, 21 de agosto de 2012

416. MONASTERIO DE SAN XOÁN* - Poio (I), Pontevedra: 15 de septiembre de 2007.

1. MONASTERIO DE SAN XOÁN - Poio, Pontevedra. Fachada de la igl. del monasterio.

2. MONASTERIO DE SAN XOÁN - Poio, Pontevedra. Fachada de la igl y monasterio.

3. MONASTERIO DE SAN XOÁN - Poio, Pontevedra. "El Escorial de los hórreos gallegos".

4. MONASTERIO DE SAN XOÁN - Poio, Pontevedra. Bóvedas de la igl. del monasterio.

5. MONASTERIO DE SAN XOÁN - Poio, Pontevedra. Capilla mayor de la igl. del monasterio.

6. MONASTERIO DE SAN XOÁN - Poio, Pontevedra. Refectorio del monasterio.

7. MONASTERIO DE SAN XOÁN - Poio, Pontevedra. Claustro de las Procesiones del monasterio.

8. MONASTERIO DE SAN XOÁN - Poio, Pontevedra. Detalle del claustro de las Procesiones del monasterio.

9. MONASTERIO DE SAN XOÁN - Poio, Pontevedra. Bóvedas de una de las pandas del claustro de las Procesiones.

MONASTERIO DE SAN XOÁN* - Poio (I), provincia de Pontevedra: 15 de septiembre de 2007.
   Entre pomposas mansiones en cantería, procedentes de un folklore neopacego, Combarro** es el único pueblo que a duras penas conserva todo el encanto que tenían los puertos de la ría pontevedresa, con una deliciosa arquitectura marinera, cruceiros y su coqueta colección de hórreos.
   El monasterio* benedictino de San Xoán de Poio se alza en un privilegiado belvedere, visible desde Combarro, ya aparece citado en el siglo X. Desde 1548 acogió un colegio de teología en el que impartió sus lecciones el Padre Feijoo. Tras la exclaustración, la casa fue ocupada en 1890 por los mercedarios de Conxo (Santiago).
   La iglesia manierista ofrece una austera fachada barroca con dos torres gemelas. El retablo mayor fue iniciado por Lucas Cabrera en 1631.
   En la capilla del Cristo se venera la imagen de la Virgen de Valvanera, junto al sarcófago de Santa Trahamunda, de origen visigótico, que según la leyenda fue trasladada hasta aquí por ángeles desde su prisión cordobesa.
   El claustro de las Procesiones (siglo XVI) muestra ménsulas decoradas y medallones. El del Cruceiro data del siglo XVIII, y expone una serie de mosaicos sobre el Camino de Santiago creada por la escuela-taller, según bocetos del checo Machourek. El cenobio posee una notable biblioteca y varias colecciones de arte.
   En la finca monacal pasa desapercibido el Escorial de los hórreos gallegos (siglo XVIII) con 17 filas de tres postes y 33,46 m. de largo.
   Desde la alameda-mirador se domina una porción de la ría.

sábado, 18 de agosto de 2012

415. PONTEVEDRA** (I), capital: 14 de septiembre de 2007.

1. PONTEVEDRA, capital. Interior del Santuario de la Peregrina.

2. PONTEVEDRA, capital. Detalle del Retablo Mayor del Santuario de la Peregrina.

3. PONTEVEDRA, capital. Cúpula del Santuario de la Peregrina.

4. PONTEVEDRA, capital. Ruinas del cvto. de Sto. Domingo.

5. PONTEVEDRA, capital. Otra imagen de las ruinas del cvto. de Sto. Domingo.

6. PONTEVEDRA, capital. Otra imagen de las ruinas del cvto. de Sto. Domingo.

7. PONTEVEDRA, capital. Vista exterior de la igl. de Sta. Mª.

8. PONTEVEDRA, capital. Portada lateral de la igl. de Sta. Mª.

9. PONTEVEDRA, capital. Detalle de la portada lateral de la igl. de Sta. Mª.

10. PONTEVEDRA, capital. Portada principal de la igl. de Sta. Mª.

11. PONTEVEDRA, capital. Escena del Tránsito de la Virgen de la portada principal de la igl. de Sta. Mª.

12. PONTEVEDRA, capital. Escena de la Coronación de la Virgen de la portada principal de la igl. de Sta. Mª.

13. PONTEVEDRA, capital. Imagen de Santiago en la igl. de Sta. Mª.

14. PONTEVEDRA, capital. Bóvedas de la igl. de Sta. Mª.

15. PONTEVEDRA, capital. Mesa de altar de cuero repujado de la igl. de Sta. Mª.

16. PONTEVEDRA, capital. Calvario de la igl. de Sta. Mª.

17. PONTEVEDRA, capital. Fachada de la igl. de San Bartolomé.

 18. PONTEVEDRA, capital. Retablo lateral de la igl. de San Bartolomé.

19. PONTEVEDRA, capital. Interior de la igl. de San Bartolomé.

20. PONTEVEDRA, capital. Exterior de la igl. de San Francisco.

PONTEVEDRA** (I), capital de la provincia: 14 de septiembre de 2007.
   Recogida al fondo de su ría junto al estuario del Lérez, la boa vila es pequeña y agradable. La más reducida y coqueta de las siete grandes ciudades de Galicia está dotada de una benigna climatología y en posesión de un sorprendente casco antiguo completamente peatonalizado. Por su situación central se presenta como un enclave perfecto para programar un recorrido por las Rías Bajas.
   El conjunto histórico de Pontevedra, con sus deliciosas rúas y plazas repletas de edificios de la arquitectura culta y popular, sólo es superado en Galicia por el de Santiago. La iglesia de Santa María y el Museo Provincial son sus principales núcleos de interés.
   Empezamos la visita en la cuidada Alameda, lugar de agradable paseo presidido por el monumento a los héroes de Pontesampaio con el caudillo Pablo Morillo al frente. En su entorno contemplamos un conjunto de pomposos edificios públicos: Ayuntamiento (1890) y Gobierno Civil, en la plaza de España; Delegación de la Xunta y Diputación, en la avenida de Montero Ríos.
   Tras el palacio de la Diputación se encuentran los jardines de Vincenti, por todos conocidos como Las Palmeras. En primer plano llama la atención unas románticas ruinas medievales por las que trepa la hiedra. se trata de la cabecera quíntuple del convento de Santo Domingo, de los siglos XIV-XV, obra puntera del gótico mendicante gallego que estuvo a punto de perderse. Hoy alberga la sección lapidaria del Museo Provincial, con colecciones de epigrafía, blasones, capiteles, sepulcros, etc. Por la avenida de Santa María nos introducimos en lo que fue recinto murado. En una gran explanada triangular, un monumento rinde homenaje a Castelao, figura clave del nacionalismo gallego que vivió varios años en Pontevedra. Un noble caserío con jardín, ahora ocupado por una entidad bancaria, sirvió para filmar la morada de los Churruchaos en la serie Los Gozos y las Sombras; el viejo palacio medieval de este poderoso linaje ocupó el mismo lugar. Estamos en la antigua campa dos Xudeus, donde tenían su cementerio los hebreos. Su aljama se extendía por las inmediatas rúas Alta y Amargura, aún con voladizos y soportales.
   En la plaza de Alonso de Fonseca está la casa gótica de Fonseca, y la de los Méndez Núñez, junto al lateral de la iglesia de Santa María*. Este gran templo, apodado de los Pescadores o de la Granada, fue declarado basílica menor por Juan XXIII en 1962. Estamos ante una de las joyas del arte gallego en la que se mezclan el gótico isabelino, los influjos lusos del estilo manuelino y las tendencias platerescas del primer Renacimiento hispano. La fábrica, cuyas obras se desarrollan desde el año 1517, refleja el poder que alcanzó el gremio de Mareantes, su patrocinador. En la construcción se emplearon 30.000 ducados procedentes de la venta de sus cestas de pescado. El edificio sigue las trazas dadas por Juan de los Cuetos y Diego Gil; muestra planta de salón con tres naves, bóvedas de crucería sostenidas por pilares funiculados y capillas laterales adosadas. La capilla mayor poligonal aparece rematada al exterior con una fina crestería.
   Lo más notable del bien restaurado conjunto es la fachada principal, de Cornelis de Holanda y Juan Nobre. El duro granito moldeado por los canteiros del país se vuelve filigrana plateresca en un impresionante retablo pétreo dedicado a la Virgen. Las escenas del Tránsito de María y su Asunción están interrumpidas por un rosetón en torno al que se distribuyen los Evangelistas. En lo alto aparece la Trinidad, aunque el Hijo figura por error a la izquierda del Padre. En los intercolumnios laterales se han colocado las estatuas de Adán y Eva además de diez santos: San Jerónimo usa anteojos  para escribir en su pupitre. En las enjutas del arco aparecen los bustos de Carlos I y del príncipe Felipe, aún adolescente; junto al rosetón vemos los de Colón y Hernán Cortés. Una crestería con pináculos y Calvario remata el conjunto, siempre envuelto en un molesto sonido para ahuyentar a las destructivas palomas, que tenían aquí permanente nido. La sencilla portada lateral también se adorna con bustos de Carlos V y su esposa, además de la Virgen entre dos santos. A su vera está el Santo Cristo del Buen Viaje bajo un tejadillo. La iglesia guarda otro crucificado de Ferreiro y varios sepulcros de la nobleza local en sus capillas. En el primer altar entrando por la puerta sur hay una inscripción de la familia Colón; ella dio pie a la teoría del nacimiento del almirante de la mar Océana en Pontevedra.
   El Campiño de Santa María sirve como mirador sobre el antes barrio marinero extramuros de A Moureira, al que desciende una escalinata. Casas populares quedan a la izquierda de la iglesia. Por la rúa Isabel II, eje de esta parte del casco viejo, bajamos hacia las Cinco Calles.
   El santuario de las Apariciones, donde residió la vidente Lucía de Fátima, está bien señalizado. También lo está el parador, instalado en el sobrio pazo del barón de la Casa Goda o de Maceda, con jardines y portada neoclásica. Tras el Parador se abre la encantadora praza do Peirao, que ha sido remodelada con gran acierto. El cruce de las cinco rúas se halla presidido por un cruceiro que tiene la particularidad de presentar las figuras de Adán y Eva en el fuste. Estamos en el barrio tradicional de las tabernas.
   La rúa Princesa conduce a uno de los lugares más bellos de Pontevedra, la praza do Teucro. Los naranjos aportarían un aire andaluz si no llega a ser por el noble marco de piedra granítica que la envuelve: el palacio de los Gago y Montenegro (gran escudo del XVIII), el palacio del Conde de San Román, y la casa de los Pita.
   Muy cerca se levanta el Teatro Principal, edificado en 1842 sobre la vieja iglesia de San Bartolomé. Era el más antiguo de Galicia, pero su interior ardió hace unos años y fue reconstruido. Alberga también el Liceo-Casino. Si lo rodeamos veremos una casa gótica, y en la rúa Manuel Quiroga algunas barrocas.
   Desde el Teucro, nuestro periplo puede seguir por las rúas Real, antes llena de cesteros, y Sarmiento, de porte señorial. En su discurrir, se van encadenando como cuentas sugestivas plazas cuyo nombre evocaba el mercado especializado que en ellas tenía asiento: Méndez Núñez (antes de las Gallinas), honrada con una estatua de Valle Inclán; Indalecio Armentos (todo el mundo la llama de la Verdura), muy animada por sus populares terrazas de picoteo; y a un lado de el Eirado da Leña*, la más popular de las estampas pontevedresas con el cruceiro en el centro y los pequeños palacios que acogen el Museo.
   Algo apartada y como abandonada a sus suerte está la cerrada plaza de A Pedreira, dominada por el arruinado palacio de Mugártegui, sede del Consejo Regulador de la D. O. Ríaz Baixas.
   El Museo Provincial de Pontevedra**, el más importante de los museos provinciales de España, fue creado en 1927 por la Diputación. Ocupa por el momento, además de las ya mentadas ruinas de Santo Domingo, cinco edificios próximos: los palacios barrocos de Castro Monteagudo y García Flórez, unidos por un arco en 1943, la sede nueva Fernández López (biblioteca, archivo, salas de conferencias y exposiciones) y el palacio Sarmiento (antiguo colegio de jesuitas al lado de San Bartolomé), pero continúa su expansión, junto al edificio Sarmiento, por el antiguo Hogar Provincial, donde en 2005 ha sido construido  un moderno complejo destinado a exposiciones permanentes y temporales. Los fondos principales, ricos y variados, se exponen en los dos primeros. En la sección de arqueología destaca el tesoro de Caldas (Bronce inicial). El arte medieval está presente en cruces, marfiles y tablas góticas. No escasea tampoco la pintura española y europea de los siglos XVI al XVIII (Berruguete, Morales, Ribalta, Ribera, Puga, Zurbarán, Vicente López, etc.); el mobiliario recrea el ambiente de las reducidas salas. El palacio García Flórez custodia estatuas del Pórtico de la Gloria, una nutrida colección de azabaches compostelanos y recuerdos de la peregrinación, cerámica de Sargadelos, un repertorio de dibujos, grabados y pinturas de Castelao, y las salas navales, entre las que se reproduce el camarote del almirante Méndez Núñez en la Numancia. El Sarmiento (visita sólo en días laborables) está especializado en la pintura y escultura gallega contemporánea; son destacables su claustro y la escalinata.
   Junto a esta sede, residencia que fue del Padre Isla, se alza la iglesia de San Bartolomé, costeada por los marqueses de Aranda, Guimarei y don Jorge de Andrade. Sus blasones lucen en la gran fachada barroca jesuítica con columnas de orden colosal entres las que se abren ventanas y hornacinas con santos (siglo XVI). Tras una saliente cornisa, el segundo cuerpo se remata con torre y frontón.
   En el interior pueden contemplarse una Magdalena de Gregorio Fernández y un San Antonio Abad del portugués Benito Silveira. Si seguimos esta vía y salimos del casco antiguo, llegaremos al convento de Santa Clara. La iglesia de una nave y ábside poligonal muestra una puerta decorada con un sintético Juicio Final. El retablo mayor es churrigueresco.
   Desde el museo podemos recalar en las animadas plazas da Estrela y da Ferraría, espacios peatonales  donde tienen asiento las terrazas de los cafés. En la primera vemos el neoclásico pazo de los Barbeito, por sus bustos popularmente conocido como Casa das Caras. La Ferraría, cerrada en el pasado para los toros, ofrece un heterógeneo muestrario de arquitectura que va del siglo XV al XX, y se prolonga por la agradable rúa dos Soportáis.
   La iglesia de San Francisco* ocupa un lateral en lo alto. Cree la tradición que la fundó el pobre de Asís en persona cuando iba como peregrino a Santiago. En su sencilla fachada con torre, un rosetón vierte luz hacia la larga nave (más de 100 m.). La planta cuenta con crucero y triple cabecera de ábsides poligonales, y su obra es fechable entre finales del XIII y el XIV, aunque a partir de esta centuria y hasta el XVII se abrieron en ella varias capilas de carácter funerario. De los enterramientos cabe reseñar el del guerrero y trovador Paio Gómez Chariño. Sobre lo que fue convento se construyó la delegación de hacienda, empotrándole la antigua puerta urbana de Santo Domingo.
   Los jardines de Casto Sampedro, que separan convento y plaza, acogen hoy la fonte da Ferraría, que según la canción, "da de beber a quen pasa". Ambrosio de Morales ya había elogiado este surtidor renacentista, obra del luso Juan López y del santiagués Domingo Fernández. Desde la plaza se divisa el coqueto santuario de la Peregrina*, abrumado por los altos y modernos edificios del fondo. El templo de la patrona de Pontevedra es medio barroco, medio neoclásico, con planta centralizada en forma de venera, diseñado por Antonio Souto (1778). La obra fue pagada por la cofradía de Nuestra Señora del Refugio y Divina Peregrina. Una fuente da paso a un atrio en el que se abre la graciosa fachada convexa. En sus nichos figuran el apóstol Santiago, la Virgen y San Roque, todos vestidos de peregrinos jacobeos, protectores de los romeros que iban a Compostela por esta ruta llamada portuguesa. En el remate, la Fe ocupa el frontón partido entre las dos torres gemelas. Los entrepaños  fueron de nuevo pintados de blanco en la última restauración. En el reducido interior, cubierto por cúpula con linterna y cupulino, los altares son neoclásicos. el central muestra a la titular con ricos ropajes de romera y otro a la Sagrada Familia en su huida a Egipto. La concha gigante usada como aguabenditero es un regalo de Casto Méndez Núñez.
En la zona nueva se merece una visita el Centro Cultural Caixa Galicia (praza de San Xosé), instalado en un edificio modernista de 1903. Junto al café de tertulias, rehabilitado por Álvaro Siza, se encuentra la sala de actos, decorada con tres lienzos mitológicos de Carlos Sobrino (1914); a Laxeiro pertenece el mural titulado El manantial de la vida (1940). A su lado, en un edificio de 1944 acondicionado por el arquitecto pontevedrés César Portela, está el Centro Cultural Caixanova.

lunes, 13 de agosto de 2012

414. TUI** (I), Pontevedra: 14 de septiembre de 2007.

1. TUI, Pontevedra. Nave lateral de la catedral.

2. TUI, Pontevedra. Monumento eucarístico de la catedral.

3. TUI, Pontevedra. Bóveda estrellada del crucero de la catedral.

4. TUI, Pontevedra. Vista de la cap. de San Telmo de la catedral.

5. TUI, Pontevedra. Una de las pandas del claustro de la catedral.

6. TUI, Pontevedra. Vista de Valença do Minho desde la catedral.

7. TUI, Pontevedra. El claustro de la catedral.

8. TUI, Pontevedra. Otra vista del claustro de la catedral.

9. TUI, Pontevedra. Vista del claustro y pórtico de la catedral desde la Torre de Soutomaior.

10. TUI, Pontevedra. Parte de los sitiales del coro de la catedral.

11. TUI, Pontevedra. Uno de los órganos de la catedral.

12. TUI, Pontevedra. Vista de la nave central de la catedral, con los tirantes de piedra.

13. TUI, Pontevedra. La nave central de la catedral con los triforios y los tirantes de piedra.

14. TUI, Pontevedra. Portada principal de la catedral cobijada por el pórtico.

15. TUI, Pontevedra. Detalle del tímpano de la portada principal de la catedral.

16. TUI, Pontevedra. Decoración escultórica sobre las jambas de la portada principal de la catedral.

17. TUI, Pontevedra. El pórtico de la catedral.

TUI** (I), provincia de Pontevedra: 14 de septiembre de 2007.
   Desde la ribera del Miño se divisa una bella estampa de esta antigua plaza fronteriza. La colina coronada por la catedral-fortaleza presenta una especie de réplica en los baluartes portugueses de la villa de Valença, si bien ambas localidades han sustituido las disputas del ayer por las buenas relaciones de hermandad.
   El precioso conjunto histórico-artístico semeja una acrópolis helena que hiciera honor a su leyenda fundacional.
Zona alta
   La Catedral** fue iniciada hacia el año 1120 y consagrada por el obispo Esteban Egea en 1225, sufriendo grandes reformas en el siglo XV. Sus sólidas torres almenadas le confieren el aspecto de un castillo. La puerta norte es románica y presenta la estatua de un prelado. Un gran pórtico cobija la principal, de mediados del XIII, profusamente decorada en sus ocho arquivoltas, columnas (esculturas de profetas, apóstoles, santos y reyes) y tímpano (registros de la adoración de los Pastores y los reyes, incluido Herodes). Las tres naves con triforio y corto crucero presentan un incipiente estilo ojival, mientras que la cabecera rectangular ya data del siglo XV. Alguna de sus bóvedas aparece agrietada por los efectos del terremoto de Lisboa, que obligó a colocar los tirantes de piedra. San Telmo preside la sillería barroca de Castro Canseco, y la Virgen, el retablo mayor del siglo XVIII, actualmente colocado en el brazo sur del crucero. Los órganos son del siglo XVII. En la capilla de San Telmo está el mausoleo de Diego de Torquemada junto al gran relicario que, entre otras, guarda la cabeza del patrón.
   El Museo Catedralicio se inicia con la visita a la capilla de Santa Catalina, recinto gótico fruto del pontificado de Diego de Muros. Expone sus altares barrocos y vitrinas con piezas de orfebrería y ornamentos sagrados; deben destacarse la custodia y los cetros procesionales de 1602, el cáliz de coco del siglo XV y una Virgen de la escuela de Juan de Juni. Posteriormente se accede al claustro, del siglo XIII, también renovado dos siglos después. La sección arqueológica está instalada en la Sala Capitular. Desde la torre de Soutomaior (1419) se abarca una amplia panorámica sobre el Miño y Portugal, así como la fértil vega, muy parcelada y ocupada.
   Junto a la Catedral abre sus puertas el Museo Diocesano, instalado en el caserón del hospital para pobres y peregrinos. Reúne colecciones de arqueología, entre cuyas piezas más interesantes se halla el casco celta en bronce de Caldelas de Tui, y de arte sacro.
   Enfrente vemos el Ayuntamiento. En la porta da Pía se conserva un lienzo de las murallas y un monumento al arzobispo Lago. Un palco en hierro fundido de 1897 adorna el Cantón de Diómedes y próxima está la estatua de Fray Rosendo Salvado, benedictino que trajo a Galicia los eucaliptos que desde su misión australiana de Nueva Nursia. Aquí comienza el ancho paseo empedrado y arbolado de la Corredera, con la iglesia barroca de San Francisco, que posee un retablo salomónico; el convento anexo, ocupado por el Seminario Menos y algunas viviendas, es de los siglos XIX y XX. El paseo termina en la glorieta-mirador de Vigo, desde la que pueden recorrerse unos jardines en descenso hasta Santo Domingo.
Zona baja
   Desde la Catedral bajan hacia el río o discurren por la ladera una serie de callejuelas de intenso carácter medieval con soportales y casas blasonadas (Canicouva, Entrefornos, San Telmo, de Abaixo, Placer). Entre ellas sobresale la capilla de San Telmo, según la tradición, levantada sobre su morada. Francisco Antonio Muiños trazó a fines del siglo XVIII su fachada en estilo rocalla portugués.
   Cerca se halla el convento de las Clarisas o Encerradas, con artísticas rejas exteriores. Salimos del viejo recinto murado por la plaza de la Armada (cruceiro) hacia el antiguo convento de Santo Domingo. Su templo, de fachada barroca, conserva el interior del siglo XIV: nave única, acusado transepto y triple cabecera poligonal. Son interesantes los púlpitos, el retablo mayor churrigueresco y el lateral, con una curiosa representación de la batalla de Lepanto, en la que los barcos parecen  querer navegar fuera del marco. Tras el claustro se plantó una alameda sobre un baluarte.
Unos 400 m. separan esta iglesia de la de San Bartolomé de Rebordáns, que fue de benedictinos y canónigos regulares de San Agustín. En la construcción románica del siglo XI sobresalen los arcaizantes capiteles. Sus frescos fueron pintados en el siglo XVI. Un cruceiro de 1770 señala el camino por el que discurría la vía romana de Braga a Lugo.

domingo, 12 de agosto de 2012

413. MONASTERIO DE SANTA MARÍA LA REAL - Oseira (I), Orense: 14 de septiembre de 2007.

1. MONASTERIO DE SANTA MARÍA LA REAL - Oseira, Orense. Acceso al complejo monacal.

2. MONASTERIO DE SANTA MARÍA LA REAL - Oseira, Orense. Arco de acceso y fachada del mon.

3. MONASTERIO DE SANTA MARÍA LA REAL - Oseira, Orense. Fachada de la igl. del mon.

4. MONASTERIO DE SANTA MARÍA LA REAL - Oseira, Orense. Fachada del mon.

5. MONASTERIO DE SANTA MARÍA LA REAL - Oseira, Orense. Vista de la igl. y al fondo la portada del mon.

MONASTERIO DE SANTA MARÍA LA REAL - Oseira (I), provincia de Orense: 14 de septiembre de 2007.
   El monasterio de Santa María la Real es, junto con el de Sobrado, el de mayor tamaño e importancia de Galicia.
   En un lugar apartado donde debían de abundar los osos (Ursaria), cuatro ermitaños tuvieron una visión y decidieron hacer vida monacal. Alfonso VII legalizó la fundación en 1135, y seis años después la casa entró en la órbita cisterciense.
   El peregrino alemán Famiano, que luego sería el primer santo de la orden, vivió en la abadía. Ésta llevó a cabo una considerable labor de colonización en su amplio dominio entre el Miño y el Deza. Tras el incendio de 1552, las grandes reformas efectuadas le hicieron ganar el apelativo de "Escorial gallego". Malvendido por 2.500 reales tras la exclaustración, el expolio sólo terminó con el regreso de los monjes en 1929. Fray Juan María Vázquez Rey ha sido el alma mater de la ejemplar restauración, que le ha valido a la comunidad el premio Europa Nostra en 1990.
   Al exterior, las fachadas barrocas de la iglesia y el monasterio, ambas almohadilladas, forman ángulo recto. La entrada se hace por el claustro de los Caballeros o de la Portería (1713-56), con la escalinata de honor herreriana. De aquí seguimos al patio de las Procesiones (siglo XVI), afeado por el cierre de los arcos del piso bajo y decorado con 40 medallones en el superior. De la desaparecida escalera de los Obispos resta la cúpula octogonal estrellada. El Museo de la Piedra guarda piezas procedentes de la fábrica.
   En la bóveda del locutorio se emplearon nada menos que losas funerarias. Una bella puerta renacentista conduce a la iglesia, pero antes podemos conocer el claustro de los Pináculos (segunda mitad del siglo XV), con el refectorio y su elegante fuente. El templo, edificado de fines del siglo XII a 1239, es de planta de cruz latina con tres naves -muy estrechas las laterales-, crucero y girola. Como prodigio técnico debe calificarse la bóveda plana del coro alto. Sobre el crucero va una cúpula nervada decorada con pinturas murales y cuatro relieves. Merecen destacarse los altares barrocos de las entradas del deambulatorio, con tallas de Gambino, y la imagen medieval en piedra de la Virgen de la Leche.
   A través de la sacristía entramos a la sorprendente sala capitular, obra gótica decadente cubierta con bóvedas estrelladas que se apoyan en ménsulas y cuatro columnas helicoidales de las que parten los nervios en forma de palmera. De la misma iglesia arranca la escalera del dormitorio, iluminada por una hermosa linterna irregular con cupulino. Antes de marchar podemos adquirir el licor Eucaliptine, elaborado por los monjes. Junto al monasterio un edificio alberga el Museo Etnográfico Olimpio Liste, único en su género por la categoría de su colección privada.