1. MONASTERIO DE SAN JULIÁN** - Samos, Lugo. Vista general del Mon.
2. MONASTERIO DE SAN JULIÁN - Samos, Lugo. Cruceiro del mon.
3. MONASTERIO DE SAN JULIÁN - Samos, Lugo. Fachada del mon.
4. MONASTERIO DE SAN JULIÁN - Samos, Lugo. Estatua de Feijoo en el claustro grande del mon.
5. MONASTERIO DE SAN JULIÁN - Samos, Lugo. Acceso a la sacristía del mon.
6. MONASTERIO DE SAN JULIÁN - Samos, Lugo. Bóvedas de una de las pandas del claustro de las Nereidas del mon.
7. MONASTERIO DE SAN JULIÁN - Samos, Lugo. Fuente de las Nereidas en el claustro del mismo nombre del mon.
8. MONASTERIO DE SAN JULIÁN - Samos, Lugo. Claustro de Feijoo con la iglesia al fondo, en el mon.
9. MONASTERIO DE SAN JULIÁN - Samos, Lugo. Ático del armario de la sacristía de la igl. del mon.
10. MONASTERIO DE SAN JULIÁN - Samos, Lugo. Retablo de las reliquias de la igl. del mon.
11. MONASTERIO DE SAN JULIÁN - Samos, Lugo. Retablo de San Benito de la igl. del mon.
12. MONASTERIO DE SAN JULIÁN - Samos, Lugo. Cúpula sobre el crucero de la igl. del mon.
13. MONASTERIO DE SAN JULIÁN - Samos, Lugo. Retablo de la Inmaculada Concepción de la igl. del mon.
14. MONASTERIO DE SAN JULIÁN - Samos, Lugo. Nave central de la igl. del mon.
15. MONASTERIO DE SAN JULIÁN - Samos, Lugo. Interior de la cap. del Salvador.
16. MONASTERIO DE SAN JULLIÁN - Samos, Lugo. Detalle del altar de la cap. del Salvador.
17. MONASTERIO DE SAN JULIÁN - Samos, Lugo. Exterior de la cap. del Salvador.
MONASTERIO DE SAN JULIÁN** - Samos (I), provincia de Lugo: 12 de septiembre de 2007.
Fue el bucólico valle de Oribio el que atrajo a los monjes, y éstos quienes consiguieron con sus atenciones desviar el Camino de Santiago.
El monasterio de San Julián** fue restaurado en el año 655 por el obispo lucense Ermefredo, lo cual hace suponer una existencia anterior.
Aquí se refugió y fue instruido de niño Alfonso II el Casto.
Ordoño II restablece la vida cenobítica y le otorga privilegios (922). Benedictino y cluniacense al menos desde el siglo XII, su hospedería siempre acogió con caridad a los peregrinos llegados por el Camino Francés.
En el siglo XVIII, el padre Feijoo fue profesor en su Colegio de Teología y Filosofía. Abandonados los claustros con la desamortización, los monjes vuelven en 1880.
En 1951, un gran incendio iniciado en la destilería destruyó gran parte del convento, hoy totalmente restaurado.
La arquitectura en mampuesto de pizarra se integra a la perfección en el valle del Oribio.
Al exterior, la cantería sólo aparece en el inconcluso hastial dieciochesco del templo, precedido de escalinata y con los santos Benito, Julián y Basilisa en hornacinas. El claustro de las Nereidas, así conocido por la fantástica fuente de estilo barroco que lo preside, tiene un cuerpo inferior tardogótico (1562-82) y dos del siglo XVIII. Una de las claves reza: "Qué miras, bobo".
El Claustro Grande o de Feijoo es un recinto clasicista de tres cuerpos con estatua del ilustre polígrafo benito en el centro (Asorey, 1947).
Desde su primera planta, decorada con frescos modernos de la Vida de San Benito, se puede acceder al vestíbulo del Signo y a la Sacristía, cubierta por cúpula de casetones (finales del siglo XVIII).
La iglesia es obra de fray Juan Vázquez en un barroco imbuido de austeridad clásica (1734-48). Entre los retablos, destaca la buena factura del mayor, de José Ferreiro. En los laterales son muy buenas las tallas de San Juan Bautista, Santa Catalina, la Inmaculada y San Benito (Francisco de Moure), y las de San Rosendo, Santa Escolástica, San Blas y San Eufrasio (Ferreiro).
No lejos del monasterio puede visitarse la capilla mozárabe del Salvador, junto a un enorme ciprés que no desmerece del silense y, como aquél por parte de Gerardo Diego, ha sido cantado por Ramón Cabanillas.
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