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jueves, 27 de mayo de 2010

68. ALCÁNTARA* (I), Cáceres: 22 de noviembre de 2005.

1. ALCÁNTARA, Cáceres. Vista del Puente Romano.

2. ALCÁNTARA, Cáceres. El Puente Romano con el Convento del Espíritu Santo al fondo.

3. ALCÁNTARA, Cáceres. Arco honorífico del Puente Romano.

4. ALCÁNTARA, Cáceres. Templete del Puente Romano.

5. ALCÁNTARA, Cáceres. Arco de la Concepción.

6. ALCÁNTARA, Cáceres. Claustro de la Conventual de San Benito.

7. ALCÁNTARA, Cáceres. Galería de Carlos V, de la Conventual de San Benito.

8. ALCÁNTARA, Cáceres. Ábside de la Iglesia de la Conventual de San Benito.

9. ALCÁNTARA, Cáceres. Nave central de la Iglesia de la Conventual de San Benito.

10. ALCÁNTARA, Cáceres. Iglesia de Santa María del Almocóvar.

11. ALCÁNTARA, Cáceres. Fachada de la Iglesia de Santa María de Almocóvar.

12. ALCÁNTARA, Cáceres. Escultura e Iglesia de San Pedro de Alcántara.

13. ALCÁNTARA, Cáceres. Portada de la Iglesia de San Pedro de Alcántara.

14. ALCÁNTARA, Cáceres. Convento del Espíritu Santo

ALCÁNTARA* (I), provincia de Cáceres: 22 de noviembre de 2005.
   La antigua sede de la Orden de Alcántara es una pequeña villa que, pese al deterioro, aún exhibe numerosas huellas de su brillante pasado, en especial el soberbio puente romano sobre el Tajo, considerado como la obra mejor conservada en su género.
   Al noroeste de la población se sitúa el puente romano**, construido sobre un estrechamiento del Tajo que obliga a una gran elevación en su parte central (71 m. de altura en ese punto, 194 m. de longitud y 8 m. de anchura). Es obra del arquitecto Cayo Julio Lacer y, aunque ha sufrido numerosas restauraciones (la última importante, a mediados del siglo XIX), aún permanece el proyecto original. Los seis arcos de medio punto que lo forman se apoyan en sólidos pilares. El vano central, con 28,80 m. de luz, es el de mayor abertura entre los puentes romanos actualmente en pie. Toda la obra de gran equilibrio y armonioso perfil, está cubierta de sillares de granito almohadillados. El eje central del conjunto, de una simetría no rigurosa, se acentúa con un arco honorífico rematado por almenas y adornado con el escudo imperial de Carlos V. El pequeño templete rectangular de la cabecera, de estilo toscano, está dedicado al emperador Trajano, bajo cuyo imperio se concluyó la obra (105 al 106 d.C.).
   Del recinto amurallado que protegía la villa se conservan algunos lienzos, especialmente al sur, y el arco de la Concepción (siglo XVII), una de sus puertas. Dentro del casco urbano, destaca el conventual de San Benito*, antigua casa prioral de la Orden de Alcántara. Es un conjunto arquitectónico de apariencia exterior renacentista formado por la iglesia, el convento y la antigua hospedería. Fue construido entre 1506 y 1575, aunque la iglesia quedo inconclusa. Elemento notable es el claustro, de estilo gótico y planta cuadrada. El piso inferior, cubierto con bóvedas de crucería y abierto al patio con arcos escarzanos, comunica con una capilla que hacía las veces de sala capitular, con el refectorio y el lavatorio de los freires. Los arcos del piso superior son de medio punto y se agrupan de dos en dos. La fachada exterior de la antigua hospedería, conocida como Galería de Carlos V, se dispone en tres cuerpos con galerías de arcos rebajados, flanqueadas por dos macizas torres cilíndricas con escudos imperiales. Este bello marco artístico sirve de escenario par las representaciones del Festival de Teatro Clásico (primera semana de agosto). La iglesia, de tres naves, muestra una ornamentación plateresca e interesantes gárgolas. Conserva en su interior interesantes sepulcros de los comendadores de la orden, aunque muchas de las obras de arte que poseía se dispersaron tras la Desamortización.
   Algunas de ellas fueron trasladadas a la iglesia parroquial de Santa María de Almocóvar, situada en el centro de la plaza de España. Este templo, construido sobre el emplazamiento de una antigua mezquita, mantiene elementos de su traza original del románico tardío (siglo XIII), especialmente las tres puertas de acceso y una parte de la torre. Modificaciones posteriores, en los siglos XVI y XVII, transformaron el interior, donde se conservan el sepulcro del comendador Antonio Bravo de Jerez (1564), en alabastro, y cinco tablas del pintor renacentista extremeño Luis de Morales. También llama poderosamente la atención, las dos tapas de sarcófago de los maestres de la Orden de Alcántara que flanquean la entrada al templo.
   Muy próxima, presidiendo la contigua plaza de San Pedro, y tras la moderna escultura del santo, se alza la iglesia de San Pedro de Alcántara, templo barroco (siglo XVII) que, según la tradición, fue construido sobre su casa natal, conservando la habitación donde naciera el santo y un trozo de su manto a modo de reliquia. Un poco más allá, en medio de las ruinas del castillo, quedan restos del convento de las monjas comendadoras o del Espíritu Santo.
   Pueden verse, por último, especialmente en torno a la plaza de la Corredera y en la calle del Barco, diversos palacios y casas solariegas de los siglos XVI y XVII, con hermosas ventanas esquineras y ornamentación heráldica.
   La visita puede concluir con un paseo por el barrio judío levantado en torno a la Sinagoga (siglo XIV), donde admirar algunos frescos o exposiciones temporales que allí se celebran.

2 comentarios:

  1. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  2. Muy bonito lo expuesto sobre mi pueblo, Alcántara.
    Me ha gustado muchísimo
    Un saludo y a seguir viendo mundo.

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