2. SIGÜENZA, Guadalajara. Vista general de la Plaza Mayor con el Ayuntamiento al fondo y arranque de la calle Mayor.
3. SIGÜENZA, Guadalajara. Otra vista de la Plaza Mayor.
4. SIGÜENZA, Guadalajara. Callejuela desde la calle Mayor.
5. SIGÜENZA, Guadalajara. La calle Mayor con la Catedral al fondo.
6. SIGÜENZA, Guadalajara. Portada de la Iglesia de Santiago.
7. SIGÜENZA, Guadalajara. Detalle de la Portada de la Iglesia de Santiago.
8. SIGÜENZA, Guadalajara. Casa típica en la calle Mayor.
9. SIGÜENZA, Guadalajara. Vista General del Castillo.
10. SIGÜENZA, Guadalajara. Otra vista del Castillo.
11. SIGÜENZA, Guadalajara. Antiguo patio de armas del Castillo.
12. SIGÜENZA, Guadalajara. Otra vista del interior del Castillo.
13. SIGÜENZA, Guadalajara. Otra visión del interior del Castillo.
14. SIGÜENZA, Guadalajara. Portada de la Iglesia de San Vicente.
15. SIGÜENZA, Guadalajara. Casa típica en la calle Travesaña Alta.
SIGÜENZA* (I), provincia de Guadalajara: 19 de julio de 2005.
Es ejemplo vivo de lo que fueron las antiguas ciudades españolas. Un casco histórico bien conservado, importantes monumentos medievales y renacentistas, excelente gastronomía, lugar de vacaciones por sus suaves veranos ..., todo ello hace de Sigüenza una ciudad turística de las interesantes del país y centro de una comarca rica en lugares históricos y monumentales.
Frente a la fachada sur de la catedral se abre la Plaza Mayor, mandada construir por el cardenal Mendoza en 1494. Es un espacio con mucho carácter, con soportales en uno de los lados, y conformado por edificios de finales del siglo XV y principios del XVI. Al fondo se alza el Ayuntamiento (siglo XVI), que tiene tallados en piedra diversos escudos de la ciudad.
Ascendiendo por la Calle Mayor en dirección al castillo, sale al paso la Iglesia de Santiago, con portada románica del siglo XII, aunque el interior, cuidadosamente restaurado, fue transformado en el siglo XVI. Fue la iglesia conventual a las monjas clarisas, que tuvieron al lado su convento hasta la guerra civil de 1936.
Frente a Santiago arranca la Travesaña Alta, en cuyo inicio se alza la Iglesia de San Vicente, originaria de 1156 y también muy rehecha. Conserva, igual que la anterior, la portada románica, mientras que en el interior se puede ver la talla gótica policromada de un Cristo del siglo XV.
Desde la plazuela de la Cárcel se alcanza el Castillo, que corona la ciudad en el lugar donde estuvieron sucesivamente el castro ibérico, un castrum romano, la ciudadela visigoda y la alcazaba musulmana. Fue después residencia episcopal y tuvo diversas ampliaciones, especialmente en los siglos XIV, XVI y XVII, para caer después en un largo que lo puso al borde de la absoluta ruina. La última gran restauración, acometida en 1976, se produjo para transformarlo en el que sigue siendo su uso vigente: un acogedor Parador de Turismo.
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