46. SANTIAGO DE COMPOSTELA, La Coruña. Portada plateresca del Colegio de Fonseca.
47. SANTIAGO DE COMPOSTELA, La Coruña. Patio del Colegio de Fonseca.
48. SANTIAGO DE COMPOSTELA, La Coruña. Fachada del palacio de Bendaña.
49. SANTIAGO DE COMPOSTELA, La Coruña. Callejón de Entre Rúas, llamado "del Pañuelo".
50. SANTIAGO DE COMPOSTELA, La Coruña. Exterior de la igl. de Sta. Mª Salomé.
51. SANTIAGO DE COMPOSTELA, La Coruña. Portada de la igl. de Sta. Mª Salomé.
52. SANTIAGO DE COMPOSTELA, La Coruña. Palacio renacentista de la rúa de Trás Salomé.
53. SANTIAGO DE COMPOSTELA, La Coruña. Detalle de una de las portadas del cvto. de Ntra. Sra. de los Remedios o de las Huérfanas.
54. SANTIAGO DE COMPOSTELA, La Coruña. Fachada del cvto. de San Paio de Antealtares.
55. SANTIAGO DE COMPOSTELA, La Coruña. Detalle de la portada de la Borriquita del cvto. de San Paio de Antealtares.
56. SANTIAGO DE COMPOSTELA, La Coruña. Fachada de la Universidad.
57. SANTIAGO DE COMPOSTELA, La Coruña. Fachada de la antigua igl. de los Jesuitas.
58. SANTIAGO DE COMPOSTELA, La Coruña. Fachada del colegio jesuíta de ejercitantes.
59. SANTIAGO DE COMPOSTELA, La Coruña. Arco de Mazarelos.
60. SANTIAGO DE COMPOSTELA, La Coruña. Igl. de San Fiz de Solovio.
61. SANTIAGO DE COMPOSTELA, La Coruña. Exterior de la igl. de San Agustín.
62. SANTIAGO DE COMPOSTELA, La Coruña. Portada de la igl. de San Agustín.
63. SANTIAGO DE COMPOSTELA, La Coruña. Retablo del Cristo atado a la columna de la igl. de San Agustín.
64. SANTIAGO DE COMPOSTELA, La Coruña. Fachada de la igl. de Sta. Mª do Camiño.
65. SANTIAGO DE COMPOSTELA, La Coruña. Fachada del palacio de Fondevila.
66. SANTIAGO DE COMPOSTELA, La Coruña. Fachada de la Cap. de las Ánimas.
67. SANTIAGO DE COMPOSTELA, La Coruña. Interior de la Cap. de las Ánimas.
68. SANTIAGO DE COMPOSTELA, La Coruña. Fachada de la igl. de San Bieito.
69. SANTIAGO DE COMPOSTELA, La Coruña. Fachada del Cvto. de las Madres Mercedarias Descalzas.
70. SANTIAGO DE COMPOSTELA, La Coruña. Vista del Mon. de Belvís.
71. SANTIAGO DE COMPOSTELA, La Coruña. Fachada del Cvto. de Sto. Domingo.
72. SANTIAGO DE COMPOSTELA, La Coruña. Fachada del Cvto. del Carmen.
73. SANTIAGO DE COMPOSTELA, La Coruña. Portada del Cvto. de Sta. Clara.
74. SANTIAGO DE COMPOSTELA, La Coruña. Fachada del Cvto. de San Francisco.
75. SANTIAGO DE COMPOSTELA, La Coruña. Interior de la igl. del Cvto. de San Francisco.
SANTIAGO DE COMPOSTELA** (III), provincia de La Coruña y capital de la comunidad: 15 de septiembre de 2007.
Las rúas paralelas**.
Como sucedía con las cuatro plazas, también son cuatro las rúas paralelas que se prolongan desde la Catedral hacia el sur.
Empezamos por la del Franco y A Raiña, unidas ambas por la florida plazuela de Fonseca y bien servidas de tabernas y restaurantes. Acaso fue la peregrina Santa Isabel de Portugal quien dio nombre a la segunda, aunque también pudo ser Doña Urraca. En cuanto a la del Franco, era asiento de mercaderes y cambistas de dicha nacionalidad. En ella se detuvieron los toros que trasladaban desde Iría el carro con el cuerpo del Apóstol, suceso que recuerdan una capilla y una fuente. El colegio de Fonseca, mandado construir por el tercer arzobispo de este linaje, se considera el origen de la Universidad. Los planos son de Juan de Álava y Alonso de Covarrubias. Ya funcionaba en 1544, y fue luego colegio mayor de nobles, sede de facultades y, en la actualidad, Biblioteca Xeral de la Universidad. Traspasada la portada plateresca (reformada en el siglo XVII), merecen ser visitados el interesante patio de aire salmantino, con la estatua sedente del fundador en su centro, la capilla y el aula de grados.
A un paso queda la praza do Toural, con antiguas casas de soportales y el palacio de Bendaña (siglo XVIII), que alberga la fundación del pintor surrealista compostelano Eugenio Granell; programa exposiciones temporales. Un atlante sostiene el mundo en lo alto; decían las malas y machistas lenguas que lo dejará caer cuando pase una mujer virtuosa a sus pies.
Enfilando la rúa do Vilar, la línea de fuga dirige la vista hacia la torre del Reloj. Ésta era la calle de los plateros, libreros, joyeros, sombrereros ..., y algo queda, sin carecer por ello de blasones. A su derecha se halla el estrecho callejón de Entre Rúas, también llamado "del Pañuelo", pues uno extendido casi lo cubre y, en cambio, no cabe un paraguas abierto.
A medio camino aparece la iglesia de Santa María Salomé, muy reformada desde que la construyera Gelmírez. El porche del siglo XV cobija una portada románica flanqueada por una entrañable Anunciación gótica. En su interior, quevedescos angelotes gafudos revolotean en un altar barroco. La torre, del mismo estilo, se debe a José Crespo según un modelo compostelano muy imitado en Galicia. En la trasera rúa de Trás Salomé hay un palacio renacentista con logia tapiada.
A la rúa das Orfas le viene el nombre por el convento de Nuestra Señora de los Remedios o de las Huérfanas. Son muy buenas las imágenes de Gambino de los altares; Asorey labró la tumba del cardenal Martín de Herrera. Estas rúas configuran la arteria comercial clásica, y aún bastante activa, de la zona antigua.
Sin salir de la antigua almendra murada*.
Desde la Quintana podemos rodear el convento de San Paio de Antealtares, visitando en primer lugar su templo. La modesta portada con el degüello del santo da paso a un amplio interior diseñado por fray Gabriel de las Casas y consagrado en 1707. Son notables la cúpula de artesonado y el retablo mayor, de Castro Canseco. En su Museo de Arte Sacro se conserva el ara de mármol y una columna del primitivo altar de la Catedral, el cuerpo de San Silviniano, orfebrería, vestimentas sagradas, imaginería, etc. El monasterio benedictino de varones ya existía en tiempos del rey Casto para custodia del sepulcro apostólico; desde 1499 fue ocupado por monjas de la misma orden. El actual edificio es de los siglos XVII y XVIII. Sólo podemos ver la portada conventual (en el torno se venden dulces, galletas y tartas de almendra o coco por encargo) y la llamada de la Borriquita, por el relieve que representa la Huida a Egipto y la decora; encima va una torre con enrejados y bellas chimeneas barrocas.
Desde Trás San Paio puede cruzarse la noble praza de Feijoo. Cinco calles ofrecen una bella vista de las galerías escalonadas en la bajada de Xelmírez. Estamos en la cumbre del monte Libredón, antaño coronado por un castro.
Por la rúa de dicho nombre se llega a la Universidad, edificio levantado entre 1769 y 1805 sobre el noviciado de la Compañía. Los benefactores de la institución y una alegoría de la Sabiduría están presentes en la fachada jónica de Melchor de Prado. En la actual Facultad de Geografía e Historia pueden visitarse el paraninfo y la biblioteca. A su lado, la antigua iglesia de los Jesuitas vio reconvertidos sus santos, a golpe de cincel, en San Pedro y San Pablo. Son destacables el retablo barroco de Simón Rodríguez y la tumba del arzobispo Blanco (1583).
El arco de Mazarelos es la única puerta conservada del recinto murado; por ella entraba el vino de O Ribeiro a la ciudad. Da paso a la agradable praza do Instituto, con el colegio jesuita de ejercitantes y su gran blasón del arzobispo Yermo. Delante hay una estatua del prócer compostelano Montero Ríos (1832-1914), de Benlliure. El cercano templo de San Fiz de Solovio presenta una portada de arquivolta asida por arquillos de herradura y una Epifanía polícroma en el tímpano. La torre repite el peculiar modelo barroco compostelano. A su lado se halla el mercado neorrománico levantado en los años 40 por Vaquero; sus naves semejan basílicas. Más allá destaca la voluminosa silueta de San Agustín, surgida bajo el patrocinio del conde de Altamira (s. XVII). La gran fachada del templo tiene una sola torre. Merece ser conocido el paso de Cristo atado a la columna, de Diego de Sande. Los agustinos calzados fueron relevados por los jesuitas. Un colegio mayor se dispone en torno al claustro de Jácome Fernández.
Santa María do Camiño, se encuentra en la rúa Travesa; Ferro Caaveiro le imprimió el toque rococó en 1770. Guarda el sepulcro con figura orante del conde de Amarante (siglo XVI). A su lado parte el callejón Sal se Podes, denominación alusiva a su retorcido trazado.
Casas Reáis es vía de peregrinos y calle de pequeñas tiendas. Cuenta con dos casas modernistas, el palacio barroco de Fondevila (Fernández Sarela) y uno gótico haciendo ángulo. La capilla de las Ánimas, se debe a Miguel Ferro, con reformas de Ventura Rodríguez y López Freire. Dos columnas de orden colosal sostienen el frontón con relieve de las Ánimas. Prado Mariño realizó los relieves del interior en una material de su invención. El antiguo centro vital y comercial estaba en la praza do Campo, actualmente llamada de Cervantes por su fuente. Presenta buenas edificaciones, soportales y el templo neoclásico de San Bieito en un frente. Éste posee el tímpano gótico polícromo de la vieja iglesia, con la Adoración de los Magos.
Los monasterios compostelanos y la Herradura*.
Desde la céntrica praza de Galicia puede seguirse la antigua cerca o circunvalación de las murallas para conocer un largo rosario de conventos. El primero, el de las Madres Mercedarias Descalzas, fue fundado por el arzobispo Girón para doncellas nobles. Diego Romay hizo su iglesia (1673-1680) y Mateo de Prado el relieve de la Anunciación que presenta en la fachada. Por el calexón das Trompas se va hacia el monasterio de Belvís, fundado en 1305 por Doña Teresa González para donas dominicas y reedificado por Monroy. Engloba la capilla de la Virxe do Portal, a la que en otro tiempo acudían los endemoniados para sanar.
El convento de Santo Domingo* muestra fachada de Andrade con una esbelta torre barroca; el mismo arquitecto realizó el claustro y la magnífica escalera triple de caracol. Es sede del Museo do Pobo Galego*, pedagógico y entretenido, dedicado al mundo rural y marinero, a los oficios tradicionales, etc. En la misma sede un pequeño museo municipal conserva los bocetos de Asorey y otras piezas. En la iglesia gótica mendicante, de tres naves y tres ábsides, una capilla ha sido convertida en el Panteón de Gallegos Ilustres, entre ellos, Rosalía, Cabanillas, Brañas, Asorey y Castelao.
Por As Rodas se inicia la antigua carretera de La Coruña, actualmente rúa de Santa Clara, entre el sobrio convento del Carmen, del tiempo de Rajoy, y el de Santa Clara*, con fachada barroca "cubista" de placas, rematada por toneles: da la impresión de que el frontispicio se desmorona. Es una obra maestra y caprichosa de Simón Rodríguez. Para llegar al templo, que posee un retablo mayor de Andrade, se han de cruzar un pasillo y un patio.
Más adelante ha sido creada un área de recepción turística, cuya larga cubierta establece una línea de fuga que concluye en el monumental convento de San Francisco. Su iglesia (1742-1749) sigue las trazas dadas por Simón Rodríguez; en una hornacina se halla una imagen del titular, obra de Ferreiro. La casa nació vinculada a la leyenda del carbonero Cotolai, al cual, el propio santo peregrino de Asís, le reveló el lugar donde hallaría un tesoro para que fundase su convento. El predio fue aforado a los monjes de Pinario por un simbólico cesto de peces pagado anualmente hasta el siglo XVIII. En la portería puede verse la tumba de Cotolai y en el claustro una arcada gótica, único resto de la sala capitular donde Carlos I reunió las Cortes de 1520.
Del Colegio de Misiones para Tierra Santa y Marruecos, instalado en el siglo pasado, se conserva una colección de recuerdos que han configurado el Museo da Terra Santa.
Frente a la iglesia se inauguró en 1930 la estatua de San Francisco, una de las mejores de Asorey.
La rúa dedicada al santo de Asís conduce al Obradoiro.
Enlace a la Entrada anterior de Santiago de Compostela**:
418. SANTIAGO DE COMPOSTELA** (II), La Coruña: 15 de septiembre de 2007.
Por la rúa de dicho nombre se llega a la Universidad, edificio levantado entre 1769 y 1805 sobre el noviciado de la Compañía. Los benefactores de la institución y una alegoría de la Sabiduría están presentes en la fachada jónica de Melchor de Prado. En la actual Facultad de Geografía e Historia pueden visitarse el paraninfo y la biblioteca. A su lado, la antigua iglesia de los Jesuitas vio reconvertidos sus santos, a golpe de cincel, en San Pedro y San Pablo. Son destacables el retablo barroco de Simón Rodríguez y la tumba del arzobispo Blanco (1583).
El arco de Mazarelos es la única puerta conservada del recinto murado; por ella entraba el vino de O Ribeiro a la ciudad. Da paso a la agradable praza do Instituto, con el colegio jesuita de ejercitantes y su gran blasón del arzobispo Yermo. Delante hay una estatua del prócer compostelano Montero Ríos (1832-1914), de Benlliure. El cercano templo de San Fiz de Solovio presenta una portada de arquivolta asida por arquillos de herradura y una Epifanía polícroma en el tímpano. La torre repite el peculiar modelo barroco compostelano. A su lado se halla el mercado neorrománico levantado en los años 40 por Vaquero; sus naves semejan basílicas. Más allá destaca la voluminosa silueta de San Agustín, surgida bajo el patrocinio del conde de Altamira (s. XVII). La gran fachada del templo tiene una sola torre. Merece ser conocido el paso de Cristo atado a la columna, de Diego de Sande. Los agustinos calzados fueron relevados por los jesuitas. Un colegio mayor se dispone en torno al claustro de Jácome Fernández.
Santa María do Camiño, se encuentra en la rúa Travesa; Ferro Caaveiro le imprimió el toque rococó en 1770. Guarda el sepulcro con figura orante del conde de Amarante (siglo XVI). A su lado parte el callejón Sal se Podes, denominación alusiva a su retorcido trazado.
Casas Reáis es vía de peregrinos y calle de pequeñas tiendas. Cuenta con dos casas modernistas, el palacio barroco de Fondevila (Fernández Sarela) y uno gótico haciendo ángulo. La capilla de las Ánimas, se debe a Miguel Ferro, con reformas de Ventura Rodríguez y López Freire. Dos columnas de orden colosal sostienen el frontón con relieve de las Ánimas. Prado Mariño realizó los relieves del interior en una material de su invención. El antiguo centro vital y comercial estaba en la praza do Campo, actualmente llamada de Cervantes por su fuente. Presenta buenas edificaciones, soportales y el templo neoclásico de San Bieito en un frente. Éste posee el tímpano gótico polícromo de la vieja iglesia, con la Adoración de los Magos.
Los monasterios compostelanos y la Herradura*.
Desde la céntrica praza de Galicia puede seguirse la antigua cerca o circunvalación de las murallas para conocer un largo rosario de conventos. El primero, el de las Madres Mercedarias Descalzas, fue fundado por el arzobispo Girón para doncellas nobles. Diego Romay hizo su iglesia (1673-1680) y Mateo de Prado el relieve de la Anunciación que presenta en la fachada. Por el calexón das Trompas se va hacia el monasterio de Belvís, fundado en 1305 por Doña Teresa González para donas dominicas y reedificado por Monroy. Engloba la capilla de la Virxe do Portal, a la que en otro tiempo acudían los endemoniados para sanar.
El convento de Santo Domingo* muestra fachada de Andrade con una esbelta torre barroca; el mismo arquitecto realizó el claustro y la magnífica escalera triple de caracol. Es sede del Museo do Pobo Galego*, pedagógico y entretenido, dedicado al mundo rural y marinero, a los oficios tradicionales, etc. En la misma sede un pequeño museo municipal conserva los bocetos de Asorey y otras piezas. En la iglesia gótica mendicante, de tres naves y tres ábsides, una capilla ha sido convertida en el Panteón de Gallegos Ilustres, entre ellos, Rosalía, Cabanillas, Brañas, Asorey y Castelao.
Por As Rodas se inicia la antigua carretera de La Coruña, actualmente rúa de Santa Clara, entre el sobrio convento del Carmen, del tiempo de Rajoy, y el de Santa Clara*, con fachada barroca "cubista" de placas, rematada por toneles: da la impresión de que el frontispicio se desmorona. Es una obra maestra y caprichosa de Simón Rodríguez. Para llegar al templo, que posee un retablo mayor de Andrade, se han de cruzar un pasillo y un patio.
Más adelante ha sido creada un área de recepción turística, cuya larga cubierta establece una línea de fuga que concluye en el monumental convento de San Francisco. Su iglesia (1742-1749) sigue las trazas dadas por Simón Rodríguez; en una hornacina se halla una imagen del titular, obra de Ferreiro. La casa nació vinculada a la leyenda del carbonero Cotolai, al cual, el propio santo peregrino de Asís, le reveló el lugar donde hallaría un tesoro para que fundase su convento. El predio fue aforado a los monjes de Pinario por un simbólico cesto de peces pagado anualmente hasta el siglo XVIII. En la portería puede verse la tumba de Cotolai y en el claustro una arcada gótica, único resto de la sala capitular donde Carlos I reunió las Cortes de 1520.
Del Colegio de Misiones para Tierra Santa y Marruecos, instalado en el siglo pasado, se conserva una colección de recuerdos que han configurado el Museo da Terra Santa.
Frente a la iglesia se inauguró en 1930 la estatua de San Francisco, una de las mejores de Asorey.
La rúa dedicada al santo de Asís conduce al Obradoiro.
Enlace a la Entrada anterior de Santiago de Compostela**:
418. SANTIAGO DE COMPOSTELA** (II), La Coruña: 15 de septiembre de 2007.
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