2. LAREDO, Cantabria. Torre de la Igl. de Sta. Mª de la Asunción.
LAREDO* (I), provincia de Cantabria: 26 de junio de 2006.
Villa de intenso pasado histórico, cuenta con un atractivo puerto pesquero, nexo de unión entre la Puebla Vieja y la enorme playa de La Salvé, que fuera célebre durante los años sesenta y setenta como imagen típica de la llamada Costa Esmeralda.
El mejor punto para iniciar la visita a la villa y además el monumento más valioso de Laredo es su iglesia de Santa María de la Asunción**. Situada en lo alto de la Puebla Vieja, ocupa el lugar de un antiguo templo dedicado a la Virgen de Belén. La iglesia actual es producto de varias fases realizadas en distintas épocas. Comenzó a construirse en el siglo XIII con un planteamiento de tres naves de ábside poligonal, de influencia cisterciense. Sin terminar la obra se decidió ampliar a cuatro el número de naves. En la que iba a ser nave principal, después llamada de Belén, se aprecia todavía la primitiva portada de arco apuntado. En el siglo siguiente se abrió una nueva portada en el lado sur que hoy es el acceso principal. En el siglo XVI se construyen las capillas laterales de la nave del Evangelio y la puerta del muro norte, destacando la capilla de los Escalante, a la que se accede por una espectacular verja de hierro forjado. La torre fue levantada en el siglo XVII y la imponente sacristía con su cubierta gótica de crucería, el XVIII.
En el interior destaca sobre todo lo demás el magnífico grupo escultórico conocido como retablo de Belén*, situado en el ábside de la nave del mismo nombre. Aunque se encuentra encajado en una estructura barroca que data del siglo XVIII, en el momento de su llegada a Laredo, probablemente en el siglo XVI, debió de estar dispuesto como tríptico. Consta de tres hornacinas, la central con la Virgen amamantando al Niño, y las laterales representando a la Anunciación y la Crucifixión, respectivamente. Cada hornacina se halla orlada por una serie de pequeños motivos escultóricos (40 cm.) relacionados con el motivo central. Toda la escultura está realizada en madera policromada y dorada y fue traída directamente de Flandes, donde se relaciona su desconocida autoría con la escuela del pintor Roger van der Weyden. Sin duda es una de las obras más destacadas que se conservan en España en cuanto a escultura flamenca. Ante este retablo juraban sus cargos los sucesivos titulares del Bastón de Laredo. El retablo se completa con la imagen de los apóstoles en la predela y la Coronación de la Virgen en el ático.
Entre las capillas se ha de destacar la de los Escalante, mandada construir por esta familia en 1537, con un interesante tríptico al óleo, y en la gran Sacristía-Museo, una importante colección de obras de arte y objetos litúrgicos.
Las seis calles en retícula que conforman la Puebla Vieja (Rúa Mayor, San Marcial, Santa María, San Martín, de Enmedio y Ruayusera) y el Arrabal*, núcleo posterior debido a un primer ensanche, a partir del siglo XIV, articulado en torno a la rúa de San Francisco, forman un representativo conjunto urbano, con edificios góticos y renacentistas.
Aún se conservan restos de la muralla medieval y algunas de sus puertas, como el portillo de San Marcial, la de Santa María la Blanca* o el torreón de Bilbao*, con hornaciana e imagen gótica de la Virgen con el Niño.
Al inicio de la rúa de San Francisco destaca la Casa de Zaráuz, del siglo XVIII, por su fachada blasonada, pórtico de cuatro arcos y balcón de forja. Siguiendo hacia la cuesta de la plaza del Cachupín se encuentra la Casa de los Puntales, o del Clérigo Pelegrín, con tradición de ser lugar de piratas como atestiguan los pasadizos interiores que la recorren.
En las inmediaciones de la Casa de los Puntales está el antiguo convento de la Magdalena, hoy Casa de los Villotas, con un patio castellano que incluye un ornamentado brocal. Junto a ella se encuentra el convento de San Francisco, que posee un precioso patio herreriano. Actualmente el convento es residencia de las Madres Trinitarias. La iglesia es de una sola nave, con ocho capillas, destacando el retablo mayor (siglo XVIII), en madera policromada. La calle de San Martín se distingue por la iglesia románica de aparatosa espadaña (siglo XIII) y las casonas de los Gutiérrez de Prada, de la Familia de la Hoz, de Diego Cacho y de la Marquesa de Arcentales, que fue palacio del Gobernador, con un curioso escudo angular en un esquinal.
Adosada a la muralla se erige la Casa del Condestable, en cuyo escudo rigen las armas de Castilla.
En la travesía del Espíritu Santo está la iglesia del mismo nombre, testigo del románico laredano, y la Casa de Hernando de Alvarado.
Los restos del castillo del Pedregal, construido en el año 750 por orden de Alfonso I, sirven ahora de base a un edificio dodecagonal de 14 plantas.
La Casa Consistorial, en la plaza de la Villa, ocupa un edificio de 1562, representativo de la arquitectura de corporaciones, con una soportalada de ocho arcos rebajados en piedra, una segunda planta con corredor cubierto de tres arcos forjado y dos balcones. Incluye un reloj de sol de 1705. Sobre la pequeña torre se eleva una veleta con motivos alusivos a la conquista de Sevilla, en la que participaron barcos laredanos.
Frente al Ayuntamiento está la Casa de la Familia Mar, con fachada de sillería, balcones de forja y gran escudo de armas, y en la rúa de San Marcial la casa-palacio en la que se hospedaron Isabel la Católica, su hija Juana y el emperador Carlos V, a su paso por Laredo.
El núcleo situado en torno a la Puebla Vieja fue declarado conjunto histórico-artístico en 1970. En verano, la playa de la Salvé, escoltada por uno de los paseos marítimos más largos de España, en torno a sus 5 km. de arenal, y la de El Regatón, en el márgen derecho de la ría de Treto, son lugares escogidos para el ocio. Ambas playas confluyen en la zona de El Puntal, frente a Santoña. En este lugar se encuentra el Club Náutico y el Puerto Deportivo.
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