235. MONASTERIO DE SAN ANTOLÍN DE BEDÓN - Posada de Llanes (I), Asturias: 28 de junio de 2006.

1. MONASTERIO DE SAN ANTOLÍN DE BEDÓN - Posada de Llanes, Asturias. Portada del Monasterio.

2. MONASTERIO DE SAN ANTOLÍN DE BEDÓN, Posada de Llanes, Asturias. Canecillos de la portada del Monasterio.

3. MONASTERIO DE SAN ANTOLÍN DE BEDÓN - Posada de Llanes, Asturias. Otros canecillos de la portada del Monasterio.

4. MONASTERIO DE SAN ANTOLÍN DE BEDÓN - Posada de Llanes, Asturias. Más canecillos de la portada del Monasterio.

5. MONASTERIO DE SAN ANTOLÍN DE BEDÓN - Posada de Llanes, Asturias. Más canecillos de la portada del Monasterio.

6. MONASTERIO DE SAN ANTOLÍN DE BEDÓN - Posada de Llanes, Asturias. Detalle de la portada del Monasterio.

7. MONASTERIO DE SAN ANTOLÍN DE BEDÓN - Posada de Llanes, Asturias. Portada del Monasterio.

8. MONASTERIO DE SAN ANTOLÍN DE BEDÓN - Posada de Llanes, Asturias. Vista general del Monasterio.

MONASTERIO  DE SAN ANTOLÍN DE BEDÓN - Posada de Llanes (I), provincia de Asturias: 28 de junio de 2006.

   Pocos kilómetros más adelante de Llanes se pasa por Posada de Llanes, pueblo de donde arranca una carretera recientemente ensanchada que enlaza con la ruta de los Picos de Europa.

   Hay en Posada la posibilidad de probar excelentes quesos (por ejemplo el Mazuco, de producción muy restringida), o de visitar la cueva prehistórica de Lledías, cuyas preciosas pinturas parietales levantaron sospechas de falsificación, hasta el presente no demostrada (puede visitarse fácilmente, pues la llave la guardan en la casa que se alza sobre la roca de la cueva).

   La misma carretera comarcal pasa ante el entrañable monasterio benedictino de San Antolín de Bedón (fundado en el siglo XI, fábrica del XII-XIII; Monumento Nacional). Se ve desde la carretera, a unos 100 m. que hay que recorrer a pie, y no es seguro que los vecinos quieran abrir sus puertas para visitarlo por dentro.

   En cualquier caso, merece la pena pararse a dar un paseo, pues el monasterio está prácticamente en la desembocadura del Bedón, río truchero que muere en la inmensa y blanca playa de San Antolín (merendero, servicios, arena y piedras, muy abierta y, por lo tanto, peligrosa).