2. VILLANUEVA DE LA VERA, Cáceres. Fuente de la Plaza Mayor.
3. VILLANUEVA DE LA VERA, Cáceres. Otra vista de la Plaza Mayor.
4. VILLANUEVA DE LA VERA, Cáceres. Parroquia de la Inmaculada Concepción.
5. VILLANUEVA DE LA VERA, Cáceres. Otra vista de la Parroquia de la Inmaculada Concepción.
6. VILLANUEVA DE LA VERA, Cáceres. Calle típica del pueblo.
7. VILLANUEVA DE LA VERA, Cáceres. Casa típica verata.
8. VILLANUEVA DE LA VERA, Cáceres. Calle El Túnel.
VILLANUEVA DE LA VERA* (I), provincia de Cáceres: 23 de noviembre de 2005.
Cerca del límite con las provincias de Ávila y Toledo y en medio de un paisaje de gran belleza, el pueblo comparte con los de la comarca la singular arquitectura tradicional, al tiempo que mantiene una curiosa celebración carnavalesca: la fiesta del Pero-Palo.
Todo el casco histórico ofrece ejemplos valiosos de armónica arquitectura popular, aunque tal vez los más relevantes sean los agrupados en torno a la Plaza Mayor, ahora Aniceto Marinas, y la Calle Real, la vía más importante del casco histórico.
En la Plaza Mayor, de sugerente asimetría, los soportales caracterizan el espacio sabiamente adaptado a las necesidades de sus habitantes y del clima. En el centro, una fuente circular subraya con el murmullo del agua el ambiente plácido y equilibrado del recinto.
La Calle Real, flanqueada por construcciones donde el juego entre balcones salientes y las líneas quebradas de los aleros produce barrocos efectos de luces y sombras, desemboca en la plaza de la iglesia, presidida por la parroquia de la Inmaculada Concepción, recientemente liberada del encalado que la afeaba. Se trata de un edificio sobrio, de un estilo un tanto arcaizante, construido a mediados del siglo XVI. En el interior, pilares elípticos sobre los que apoyan arcos de medio punto sostienen la cubierta de madera.
Un paseo desde la plaza de Aniceto Marinas por la calle El Barrio hasta la bonita ermita de San Antón, o la persecución de la reguera que parte de la fuente para sumergirse por un oscuro túnel, muestran un rosario de callejuelas y plazuelas irregulares, un laberinto de rincones como la calle El Túnel, las casas singulares de El Chorrillo y el granítico Lancho de la Ponderosa en la calle San Antonio.
En la garganta de Gualtaminos, a 1 km. del pueblo por la ctra. a Madrigal, el agua se despeña por una pared vertical formando la espectacular Chorrera del Diablo. Las piscinas naturales permiten el baño.
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