2. HERVÁS, Cáceres. Portada y base de la Torre de la Iglesia de Nuestra Señora de Aguas Vivas.
3. HERVÁS, Cáceres. Torre de la Iglesia de Nuestra Señora de Aguas Vivas.
4. HERVÁS, Cáceres. Una de las calles de la Judería.
5. HERVÁS, Cáceres. Puente medieval.
6. HERVÁS, Cáceres. Vista de la población desde el Puerto de Honduras.
7. HERVÁS, Cáceres. Paisaje del Puerto de Honduras.
HERVÁS* (I), provincia de Cáceres: 23 de noviembre de 2005.
Un paisaje desgarrado por gargantas que descienden al valle del Ambroz, paso natural de la Vía de la Plata, y suavizado por la abundancia de castaños enmarca esta pintoresca villa, en la que se encuentra una de las juderías mejor conservadas de España.
Lo más atrayente de lugar es la antigua judería**, situada en la pendiente hacia el río Ambroz. El trazado irregular y tortuoso de sus calles estrechas, a veces sin salida, flanqueadas por casas de dos o tres plantas a base de piedra, tapial y adobe, y protegidas del viento y la lluvia por entramados de madera de castaño o tejas, conserva la gracia y el encanto de una arquitectura popular en perfecta armonía con el entorno. Los balcones saledizos de madera y los aleros volados en las fachadas son características que se repiten en otros pueblos de la zona norte de Extremadura y en las comarcas salmantinas limítrofes.
En la parte alta del núcleo urbano, donde en tiempos existió una fortaleza templaria, se alza la iglesia de Santa María de Aguas Vivas, con meritoria portada renacentista del siglo XVI. Del antiguo convento de los trinitarios, fundado en 1554, perdura la iglesia parroquial de San Juan Bautista, de colorista fachada posherreriana y rica decoración de yeserías en el interior. Posee buenos retablos y el original Cristo del Perdón, todo ello de estilo barroco. En otras dependencias monacales, la antigua enfermería del monasterio franciscano de La Bien Parada (siglo XVIII), está instalado el Palacio Municipal, sede del Ayuntamiento.
En la calle Asensio Neila se encuentra el palacio de los Dávila (siglo XVIII), un noble edificio de fachada barroca rematada por un frontón triangular que acoge el Museo Pérez Comendador-Leroux, con obras escultóricas de este prolífico artista natural de la villa (1900-1981) y pinturas de su esposa, Magdalena Leroux. Al otro lado del río Ambroz se localiza el museo de la Moto clásica Española. Compuesto por unos 300 ejemplares, representa una colección única a la que se unen carruajes de época y coches de los años 50 y 60. Más arriba, entre la densa masa forestal que oculta la garganta del Ambroz, se levanta el magnífico viaducto del ferrocarril, testigo de un pasado ferroviario que ha sido recogido en el centro de interpretación del Ferrocarril. Ubicado en la antigua estación de la localidad, muestra la historia del tren a su paso por la región extremeña.
Los puentes de origen medieval de Fuente Chiquita y Santihervás, algunos apacibles jardines y un entorno montañoso de extensísimos bosques de castaños y robles completan los atractivos de la villa.
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