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lunes, 1 de marzo de 2010

38. ERMITA DE SAN BAUDELIO** - Casillas de Berlanga (I), Soria: 20 de julio de 2005.

1. ERMITA DE SAN BAUDELIO - Casillas de Berlanga, Soria. Tribuna de la Ermita.

2. ERMITA DE SAN BAUDELIO - Casillas de Berlanga, Soria. Ábside de la Ermita.

3. ERMITA DE SAN BAUDELIO - Casillas de Berlanga, Soria. Acceso superior a la tribuna de la Ermita.

4. ERMITA DE SAN BAUDELIO - Casillas de Berlanga, Soria. "El Dromedario" de la Ermita.

5. ERMITA DE SAN BAUDELIO - Casillas de Berlanga, Soria. Pinturas del acceso a la tribuna superior.

6. ERMITA DE SAN BAUDELIO - Casillas de Berlanga, Soria. Pilasta en forma de palmera de la ermita.

7. ERMITA DE SAN BAUDELIO - Casillas de Berlanga, Soria. Interior de la tribuna baja de la Ermita.

8. ERMITA DE SAN BAUDELIO - Casillas de Berlanga, Soria. "Toros enfrentados" en la Ermita.

9. ERMITA DE SAN BAUDELIO -  Casillas de Berlanga, Soria. Escena de cacería en la Ermita.

ERMITA DE SAN BAUDELIO** - Casillas de Berlanga (I), provincia de Soria: 20 de julio de 2005.
   Al sureste de Berlanga de Duero, a 8 km., sobre un pelado cerro cercano a la aldea de Casillas de Berlanga se levanta la ermita de San Baudelio**. Su pobre aspecto exterior esconde una soberbia construcción mozárabe de principios del siglo XI. En el centro de la única nave se alza una poderosa pilastra que, al abrirse en su parte superior a modo de palmera, da lugar a ocho arcos de herradura que van a apoyarse sobre trompas o ménsulas cónicas y sostienen la techumbre abovedada, cerrada en su parte superior por una cupulilla cuya base también está formada por pequeños arcos de herradura. La graciosa tribuna emplazada a los pies y la alzada capilla absidial son otros elementos que hacen del lugar un recinto encantador. Además, las paredes aún conservan la impronta de las valiosísimas pinturas murales mozárabes (siglo XI) de tema profano que, junto a los frescos románicos (siglo XII) con escenas alusivas a la vida de Cristo -cuyos fragmentos aún pueden verse-, decoraban completamente el templo. Tan importante legado artístico fue objeto de un rocambolesco expolio: un avispado marchante arrancó en 1922 los frescos mejor conservados, tras "comprarlos" por 60.000 pesetas a los vecinos de Casillas, y poco después aparecieron en museos estadounidenses. Algunos pudieron ser recuperados y hoy se encuentran en el Museo del Prado de Madrid. Junto a la iglesia pueden verse algunos enterramientos de gran antigüedad.

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